A menudo nos tenemos que poner en contacto con el servicio técnico o atención al cliente de alguna empresa y nos encontramos con el tan famoso y denostado prefijo 800, 900, 901, 902… Además de marcar un número que desconocemos cuánto nos estarán cobrando, hasta que nos atienden nuestro tiempo va pasando y la suma del precio de la llamada aumentando.
A pesar de que ahora cualquier comunicación se suele hacer vía chat o por redes sociales son todavía varias las compañías que mantienen un servicio directo por teléfono con sus clientes. Muchos de estos, en cambio, prefieren la otra alternativa porque saben que, de lo contrario, la llamada se les va a cobrar y no precisamente a un precio asequible.
Cómo identificar un número de tarificación especial
Un número de tarificación especial se identifica por empezar su numeración con un prefijo especial, que no reconocemos como el habitual. Aunque tengamos contratada una tarifa que nos cobre por solo céntimos las llamadas o tengamos un servicio de llamadas ilimitadas no es excluyente de que la operadora telefónica nos cobre por llamar a estos números, con una tarificación especial que se cobra aparte. Motivo por el cual es importante saber cuándo estamos llamando a uno de estos número y ver si tenemos alguna alternativa para evitar tener que recurrir a ellos.
Hay que tener en cuenta que no todos los números de tarificación especial son de pago, por ejemplo, el servicio de emergencias o asistencia (112, 800 y 900) son gratuitos, no te cobrarán ninguna cuota aparte por llamar a estos números.
Las numeraciones que empiezan con la cifra 6 o 7 suelen corresponder a números móviles, mientras que por lo común, si empiezan por el número 9 sabremos que se refiere a un número fijo nacional siempre y cuando lo siga cualquier otro número que no sea el 0. De lo contrario, este será de tarificación especial y, cuidado, porque la llamada puede costarnos un ojo de la cara siempre y cuando seamos nosotros quienes la realizamos. Si recibimos una llamada de un 905, por ejemplo, no se nos cobrará.
Las numeraciones que comienzan por 8 y van seguidas de 0 también son de tarificación especial, aunque la cuantía variará según el tercer dígito que los sigue.
Por otro lado, existen los números cuyo prefijo nos indica que son de tarificación compartida, es el caso del prefijo 901. La cuota de llamada se reparte de manera equitativa entre el receptor y el emisor de la llamada.
Tarificación según operadora telefónica
Desde 2020, los números 902 dejaron de utilizarse para servicios de atención al cliente, decisión aprobada por Ley General de Defensa de los Consumidores y Usuarios publicada en el BOE. Según informa la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), si una empresa decide utilizar este prefijo para otro tipo de servicios, “debe publicitar siempre al lado un número normal con su prefijo geográfico”. Al final una llamada a los números con este prefijo por motivo de reclamación acaba siendo más caro su coste que el de tu primera reclamación.
Aquí dejamos dos recogidas de la OCU con un desglose de los precios que cobran según algunas operadoras telefónicas.
Alternativas para no llamar a números de tarificación especial
Si necesitamos llamar a un número que empieza por 901 o 902, podemos acudir a algún número fijo asociado sin ningún coste, de manera gratuita. Normalmente esta información se consigue buscando en el motor de búsquedas de internet que tengas instalado “llamar gratis a un 902” o “no más 902”, por ejemplo.
Otro camino que puedes tomar para evitar pagar más al llamar a estos números es preguntar en el buscador directamente por el número gratuito de la empresa, por ejemplo “teléfono gratuito de atención al cliente de …” o directamente escribir el número de tarificación especial seguido “equivalencia”.
Hoy en día podemos sincronizar todo el contenido de nuestros móviles en la nube, de modo que si perdemos el móvil seguiremos teniendo ese contenido tan valioso. Sin embargo a muchos de nosotros nos sigue gustando guardar ese contenido en nuestro ordenador o en un disco duro. De este modo podemos tener una copia de seguridad más, o tenerlo solo guardado en nuestro dispositivo físico sin tener que subirlo a la nube.